Desde la atalaya de Les Seniaes se ve claramente que la política ha muerto... La política ha caído en manos de la pasión, y la pasión como es sabido, solo es buena para el amor. A no ser que hablemos de pasión de ánimo y ya entonces la pasión es un problema del psique que lleva a la tontería, a la memez o al hastío que, como el sentimiento de culpa por agotamiento alcanza el grado de aburrimiento que es más y peor. El aburrimiento es el peor vicio. Un miércoles no se deja escribir y tiene que ver el aburrimiento. Hay historias de amor que, escasos de poesía, caen en el aburrimiento y se convierten en suspiros y tristes lamentos. Amor, ya no quiero que me quieras, me conformo con quererte pero a cambio exijo tu respeto. Amor, qué no darías por ser cuanto menos una mujer interesante y no interesada a los ojos de cualquiera. Ni sabes ni aprendes. Y así es imposible que puedas cambiar la realidad que te atormenta. Fracasar no es morir, los fracasos enseñan que el camino es otro. Saber a qué o a quién aferrarse sería un buen comienzo para elegir el camino que se hace al andar, recuerda al poeta. Y qué decirte de las malas compañías y del orgullo sin méritos. Has de hacer frente a los problemas que desvelan la noche sin tensiones extremas. El camino es otro... Y otros los rencores que acula... Por tu bien dile que los olvide. (-¿Te hizo caso? -No, y se arrepintió de habérmelo hecho un día... El ignorante alardea de la ignorancia creyendo que es sabiduría). Gracias.
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