sábado, 18 de enero de 2020

Mi amor te queda grande.

Se hizo tarde, tan tarde, ay, que era de noche y al sacar la basura me deslumbró la penumbra de una farola y no encontré el contenedor de residuos... No recuerdo una noche igual. La penumbra no deslumbra si no hablamos de amor. La penumbra para una conquista amorosa es un rayo de sol, pero quien vive los años altos la penumbra añade más oscuridad a la noche ya desprovista de estrellas. La penumbra es lo peor que me puede pasar si se hace tarde y tengo que sacar la basura. Tuve miedo a la penumbra, y hoy, al alba, saqué la basura. Nada que un Valium en vena o la paciencia no cure... ¿Comprenden? 

No te tomé la medida, te di mi amor, y mi amor te queda grande. Y como hay baches y socavones y farolas que deslumbran la penumbra en la noche más oscura yo no salgo de casa. Ahora que tenemos gobierno para 1.400 días el espectáculo está servido. Para un marxista es duro reconocer, como Marx, Grucho Marx, que: "Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros". Unos venden, otros se venden y los votantes cada vez más decepcionados. Nuestros políticos no tienen principios ni finales porque nunca cumplen lo que prometen. Las luces de neón, la ambición y el pragmatismo de los políticos, si bien es cierto que los pueblos tienen los políticos que merecen, que me recordó una amiga en otra vida (Oseas 2:14. "Dios entrena sus mejores líderes en el desierto, allí les seduce y les habla al corazón"), una democracia no se lo puede permitir. Gracias.

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