Como la juventud, el mayor enemigo de la verdad es el tiempo. ¿Qué más tenemos que ver perder para volver a la verdad? El mar es un espejo donde el cielo se maquilla a diario... Y Les Seniaes el paraíso donde el viento aunque venga de cara no despeina los naranjos ni echa por tierra el azahar. ¿Qué más tenemos que perder? Mi vida ya no transita por el camino que transita el sol; mi vida es un descuido de la María y transito entre mis delirios y solo necesito de la santa poesía cuando se explica sin requisitos agravantes. Necesito dar paz a mi alma para que mi mente absurda... ¿Qué? Mi vida no se fía de mí.
Y ahora, como llevo un tiempo de aquella manera, no hablaré de Eugenio y dona muertos. Ni que a mi cuerpo tibio le falta la empatía de la gente, hoy le diré a Flor de María que un día de estos quedaremos en Les Seniaes para hablar de la vida y la familia. De nuestras cosas. Y la salud que no falte. Flor de María, mi amiga del alma que también lleva un tiempo de aquella manera. Lo demás a quién importa... A nadie importa menos a mí, porque sí, es cierto que mi vida no se fía de mí, pero yo, tal vez por ser un lunático que escribe el día en mi impagable soledad, tampoco me fío de ella. Sin ser Ortega ni Gasset: "La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser". Gracias.
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