Como me duermo cada noche con la radio encendida será o no, pero creo recordar que esta noche en la radio entrevistaron a un montañero de 85 años que había llegado a la cima de las cinco montañas más altas del mundo. Y aspiraba a las siete. Si no lo soñó o lo soñé no importa, porque a esa edad es imposible. Yo, al margen de las cimas, imagino esa edad y ya me mareo. Soñando o durmiendo, a la hora del desiderátum, cuando me entran las ganas de mear y meo. Y luego tomo café y escribo porque la noche se desvela... Ayer noche no escribí, pensé, y llegué a la conclusión que realmente estaba soñando.
De mi juventud recuerdo que probé las mieles del éxito y aprendí que no importa la cima que uno es capaz de alcanzar, sino la hostia que te pegas cuando caes, porque caes. Lo dijo Eugenio: "todo lo que sube baja". En la vida es más fácil subir que bajar. Bajar, que te empujen por confiado o caer por estúpido ¿? Tocar fondo y levantarse, levantarse una vez más. Gracias.
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