Como la alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse, que enchufó en el ayuntamiento a sus allegados con salarios de directivos del IBEX 35, la alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo, el pasado año 18 fue de pleno extraordinario en pleno extraordinario con el fin de evitar someterse al exasperante control de la oposición y sus mociones y los ruegos y preguntas y el queremos saber, como si saber importara, hasta el 31 de diciembre que convocó un pleno ordinario con un único punto en el orden del día: Aprobación si procede el miedo a que se le atraganten las uvas a la señora alcaldesa en nochevieja. Si la aprobación del pleno ordinario no procedió por ser extraordinario el miedo de la señora alcaldesa no trascendió. (Dizque).
Nada más literario que la política: todo irreal, todo aparente, nada imposible hasta que la UDEF entra por la puerta y un juez se pronuncia en sentencia. Porque no se sabe hasta dónde llega el nivel de tolerancia de la gente, que lo extraordinario no oculte lo ordinario. Y todo por pasar de soslayo de la existencia real que habita en el polo opuesto del entorno de un animal político... Santo Tomás dijo: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré". (Lo que no ven tus ojos que no lo delate tu rostro alicaído ni tu afligida mirada). Gracias.
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