viernes, 30 de agosto de 2019

Yo soy yo y mi amor propio.

-Toc, toc... 
-¿Quién es?
-Un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en plan amigo.
-Pasa que está abierto.

A escasos días de volver de vacaciones con el sol que más calienta machacándome la cabeza leo en libros de autoayuda la verdad que solo a mí interesa. Me declaro persona non grata sin conocerme. Lo dejo, pero no sin antes intentar explicarme. 

El trastorno obsesivo compulsivo no es asunto menor. De las enfermedades de la locura es una de las más incapacitantes. Uno no cabe en su propia ansiedad y no para de darle a la rueda que rueda y rueda. Y dale. Es una idea fija, una inquietud, un recelo como el de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias (estoy de los dos que los vomito). Es un sentimiento enfrentado que ocasiona conductas sin venir al caso con el único fin de traer tranquilidad al psique. Es resistirse a la incapacidad de estar y comportarse como si la cosa no fuera con uno ¿? Y la cosa siempre va con uno aunque uno experimente mejoría y diga que no pasa nada, pasa. Todo es temporal, nada está fuera del tiempo que uno vive. O escribe. Uy, escribo y me leo entrelíneas. Yo soy yo y mi amor propio. (Lástima que mi amor propio dependa de la voluntad de cualquiera para quererme. Quizá deba empezar por quererme a mí mismo... Aunque me diga cosas hermosas no soy digno de amarme ni de ser amado). Gracias.

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