Al fin a esta pesadilla de vacaciones ya solo le queda volver a casa. Adelantaré, si en el viaje no ocurre ningún contratiempo y Dios Nuestro Señor lo quiera, la cita con la dama que no me deja ir. Cuanto menos dos pastillitas a más de colores me las tendrá que recetar. Lástima de pesadilla de vacaciones tan poco interesante y tan mucho de locura de manicomio. Gracias.
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