En estos tiempos de crisis permanente que vivimos, y con la clase dirigente de vacaciones, echamos la vista atrás en busca de otros tiempos para cuanto menos estar a la altura de los peores recuerdos y conformarnos para no hacernos el haraquiri.
Traigo a de soslayo el dolor de una amiga ida con la que me di de bruces al doblar una esquina... A una amiga ida la vi muy desmejorada y, a más y más, cuando con la cara de los entierros y la mirada clavada en el suelo me preguntó: "¿Olvidamos el pasado y volvemos a ser amigos? Madre de los Remedios. Y con otra pregunta, como Rajoy, le contesté: "¿Tan mal te va la vida para querer volver después de haberme tratado como a un vulgar político? "¡Sí!". La vida es un pañuelo de lágrimas.
A una amiga ida, con la cara de ya te lo decía yo, le recordé que lo que le iba a decir ya se lo había dicho: "Jamás dejaré de quererte, pero yo no soy tu padre ni el amigo que fui ni siquiera el menor de tus problemas. Además, no es inteligente hacer tales preguntas, y no porque las vaya a cantar por el bulevar de los sueños rotos como el Sabina, sino porque hablamos de política y realmente no sé si cualquier tiempo pasado fue peor". (Lamento tu dolor al que no puedo dar consuelo). Gracias.
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