jueves, 20 de junio de 2019

Resistir.

Supongo que cuando era pequeño creía en todo lo bueno y lo malo. El hombre del saco. La gallina de los huevos de oro. Yo no quiero que mis nietos les cuenten historias mentirosas, que busquen y ojalá encuentren su verdad. Cada verdad tiene su tiempo. Avivar la imaginación que ilumina una estrella fugaz y una estrella de mar, entre la luna y la marea. Mil libros según sus edades. Siempre un libro entre las manos. Y sonámbulos leer poesía para despertar el amor. Y respetar la naturaleza. Y los padres, ojito con los padres que ponen por excusa la faena y niegan la posibilidad a sus hijos de sentirse queridos. Qué infancia más triste no sentirse querido. Qué lástima culpar al trabajo, al cansancio del cuerpo o disculpas de los viernes. Los hijos primero. Y un regalo inesperado: un abrazo y un beso y un te quiero. Que por inesperado sea capaz de enamorar. Un niño no entiende de imposibles. El Everest es una montaña de arena en la playa. Un helado el polo sur. Nunca decepcionar a un niño. La crisis de ahora no dista de otras ya superadas. Demos la justa importancia que tiene y nomás. Reconozcamos que el humano ser elige mal y esa es la verdad que debemos corregir: la codicia, la envidia, el éxito que conduce al llanto.

Y porque siento las brisas de un mar en la cara con solo cerrar los ojos, un nuevo amanecer me espera. El día que escribo lleno de posibilidades. Por mí, por que la realidad no me rompa el psique. Por todos. La familia. Se trata de resistir. Gracias.

2 comentarios:

  1. Qué palabras tan acertadas para estos tiempos, siempre hay que hacer un hueco para el afuera, no para los hijos, para los hijos tiempo de estar juntos, de leer un libro como dices, de explorar, de despertar sus inquietudes. beso

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Beso para ti, para "el barbas" y en especial para Vicky. Te quiero.

    Salud.

    ResponderEliminar