"Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para que te vistas, y no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que puedas ver". (Apocalipsis 3:18). Jesús el Cristo aconseja colirio para las personas que pierden el rumbo de su vida, para que puedan ver. Y lucir su verdadera figura.
Sin fe, un domingo de ir a misa y cantar la verdad... Amor, antes de ti la nada era nada y la esperanza aún no existía. Pero yo sabía que ibas a nacer: te había adivinado. Y cuando te conocí y ante mí construiste tu figura con tu risa y tu alegría, tú toda, te compuse una canción, y de un tiempo a esta parte no te reconozco, ni recuerdo tu nombre, tu voz, tus ojos, el color de tu pelo, el sabor de tus besos... Tú sabes de mí, te entregué mi palabra y te hice sentir segura con el eco de mi voz. Me has visto llorar, te hablé de mis paranoias. Te llamé hija y a tu familia mi familia. ¿Es tu sed de vagar o fuiste un espejismo?
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