viernes, 14 de junio de 2019

La gota que derramó el vaso.

En un país en estado de quiebra, desgarrado en sus emociones, con los dueños de los partidos políticos en plan chulesco... (Anarquía mental). Y Karl Marx vencido por un PSOE sin memoria. A estas horas de la noche insomne siento nostalgia por mis compañeros y compañeras de antes, que fueron y no son porque han muerto. (Siempre en mi corazón). A los de ahora, los vivos, les dejo mi ausencia. No obstante, mi usurero preferido, el que devuelve mis recibos y envía mis letras al protesto cuando mis números son más rojos que yo, me dijo que él se ocupa de darme de baja en el PSOE de mi esperanza. Sí, me apeo, lo dejo, y confieso que si un día escribo mis memorias no desluciré la palabra para recordar a quienes ya ni recuerdo.

Si algo políticamente me quedaba por ver lo he visto la misma noche de las pasadas elecciones hasta el amanecer... Nunca mayor desprecio (sin nombres para no dar pistas). A quienes no habían nacido cuando todo empezó; a quienes concebidos y supuestamente nacidos, por su creatividad para el improperio y sumar injurias en una sola alocución, felicidades. Gracias.

P.D. Lo de arriba lo escribí el lunes 27 de mayo, el día tras el recuento de votos que ganó el PSOE y perdí yo. El mismo día que ganó una amiga (te quiero, no me olvides) y también perdió. (El amor se adueña del corazón y le da vida, pero el ego y la vanidad, el desprecio a la familia y la amistad por el suelo y lo demás que ya no importa, lo desangra). ¡Salud y república!.

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