En un lugar cercano al desaliento y la impotencia, insondable, se halla el infierno de las almas heridas. Y una pregunta: "¿Y ahora? Y sin esperar la respuesta otra pregunta: "¿Y luego? Un sábado de fieles los difuntos quien vivía casi muerta murió.
Tenemos que dejar pasar de soslayo esa manera estúpida de resistirnos a la vida, al amor y la santa poesía. Y dar lo mejor de nosotros para ser y hacer feliz a quien más nos quiere. Y trabajar por el bien común en silencio y humildad. -¿Pero y qué se puede hacer para eludir el mal que nos hiere el alma? -¿Además? Un sábado de fieles los difuntos, morir, lo dije arriba.
¿Quién será capaz de sacar el optimismo del pesimismo y del pasado pantanoso el futuro? Ya, tampoco es que espere una respuesta. Y sin embargo, todas las preguntas tienen respuesta, y lo sabemos: solo con una mente abierta obtendremos la respuesta. Alejémonos entonces de la culpa que generan los chismes, del peligro que se avecina, de quien nos hace daño y lo aceptemos sin rechistar. Nadie, si no se lo permitimos... insisto, nadie, puede llevarnos por el camino de la desesperanza. Y recuerden, para atrapar los sueños más allá de las estrellas se necesitan alas y sincronización. O a Albert Rivera, el chico ése de Ciudadanos, según Santiago Abascal, el de VOX. Santi para los amigos. (Lo de Albert Rivera es demasié). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario