"Si cometes una acción vergonzosa no creas que podrás ocultarla, y aunque lograras esconderla a los ojos de los demás tu conciencia la descubriría". (Sócrates). Puedo dudar de mí, pero no de mi conciencia ¿? A veces me inspira un pensamiento sabio pero torpe de entendederas no entiendo y dudo. Dudo y pienso si será conveniente ir en busca de ayuda. A veces me pesan los años y la dama que no me deja ir no sabe porqué me pesan. Tampoco sabe la dama que vela mis sueños. Nadie sabe... Mi vida no es la que era, pero es mejor: vivo en Les Seniaes, tengo un ordenador que me ordena y la María siempre me acompaña. Santa la poesía. ¿Qué o a quién puedo pedir más, sabiendo como sé, que no necesito más para ser feliz?
De joven destacaba en algo que no viene al caso, de viejo destaco en nada y de todo dudo. Soy esclavo de mis dudas. Pero aunque dudo por todo dudo menos cada día... Hoy, dudo si voy. Dudo si tengo que ir para no quedarme con la palabra en la boca. Dudo, y no me importaría darle una satisfacción a la jactancia si me dijera no. Pero igual me dice sí. O me dice tal vez que sería como si me dijera sí. Entonces decido no ir y ni saludo, pero no saludo porque veo mal de cerca. De todo dudo. Y qué bueno que así sea. Porque nunca cometeré una acción de la que mi conciencia pueda sentirse avergonzada. Gracias.
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