jueves, 13 de junio de 2019

El cuento de nunca empezar.

Hay amores peregrinos de ida y vuelta, que van y vienen, y siempre están.
Para amar al amor basta con seguir enamorado en los momentos difíciles. 

Hay amores peregrinos de ida y vuelta con esperanzas renovadas que se han ido y no están.
Hagámosle entonces un gesto al amor para que vuelva porque está la noche oscura y hace frío. 

Hay amores peregrinos de ida y vuelta, como las oscuras golondrinas del poeta, que aprendieron nuestro nombre, ésas, no volverán. Y la soledad con sus garras afiladas llama a la puerta. (Tú le entregaste amor y él guio tus pasos al inframundo).

Definidas las prioridades, si aún importa, actuemos en beneficio de la mayoría sin descuidar el amor. Pueblos pobres, pobre pueblo. Un amor se ataranta y cancela sus prioridades en una tertulia sin café ni pastas de té ¿? El rencor insiste en la falsedad y una mirada triste entrega al derrotismo todas sus esperanzas. Y la maledicencia se supera a sí misma. (Cuando el azahar de Les Seniaes se marchita llega el Sabina con los cuentos que parecen el cuento de nunca empezar). Gracias.

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