Hay amores peregrinos de ida y vuelta, que van y vienen, y siempre están.
Para amar al amor basta con seguir enamorado en los momentos difíciles.
Para amar al amor basta con seguir enamorado en los momentos difíciles.
Hay amores peregrinos de ida y vuelta con esperanzas renovadas que se han ido y no están.
Hagámosle entonces un gesto al amor para que vuelva porque está la noche oscura y hace frío.
Hay amores peregrinos de ida y vuelta, como las oscuras golondrinas del poeta, que aprendieron nuestro nombre, ésas, no volverán. Y la soledad con sus garras afiladas llama a la puerta. (Tú le entregaste amor y él guio tus pasos al inframundo).
Definidas las prioridades, si aún importa, actuemos en beneficio de la mayoría sin descuidar el amor. Pueblos pobres, pobre pueblo. Un amor se ataranta y cancela sus prioridades en una tertulia sin café ni pastas de té ¿? El rencor insiste en la falsedad y una mirada triste entrega al derrotismo todas sus esperanzas. Y la maledicencia se supera a sí misma. (Cuando el azahar de Les Seniaes se marchita llega el Sabina con los cuentos que parecen el cuento de nunca empezar). Gracias.
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