domingo, 31 de marzo de 2019

Trascender a la muerte.

Será posible que después de días sin ruido mi cabeza sigue atarantada... El pueblo de Patricia es un mar en calma y yo aún sigo oyendo ruido, tanto y tanto ruido. Serán las campanas de la iglesia que repican a muerto, digo muerto y digo hacerse el haraquiri o dimitir de la vida. Ojalá y que al menos estuviera vivo. Hay gente que muere y no sabe que ya estaba muerta. El asunto viene al caso porque en el pueblo de Patricia no dan sentido a la muerte y menos a la vida (tengo pruebas). Cuando yo muera quiero trascender y ser recordado como gente buena, afable, honesta, humana. Y de poder elegir además escritor de talento. Mataría por tener el talento que no tengo, aunque fuera reconocido después de muerto. La historia confirma que escritores de talento se les reconoció después de muertos... Máxime, los poetas. Pues yo uno, y de todos, el más talentoso poeta inspirado por la musa más hermosa. Vaya, saben qué, ahora que lo pienso considero una solemne estupidez morir y que con el tiempo se reconozca mi talento. Así que no, o sea, en vida, quiero que se reconozca mi talento en vida. Gracias.

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