Cuando uno vive o malvive, cuando resistir es improbable por imposible, echamos la vista atrás y resucitamos recuerdos. O los inventamos. Quizá debiéramos soñar despiertos para no morir en el intento de llegar a los años altos libres de culpa. O simplemente llegar a fin de mes. Porque no es fácil asumir el riesgo de perder, como en el amor no basta con amar, como la esperanza sin fe es nada. Como convencer a una familia pobre en campaña electoral que dejará de serlo... Perder o perder.
Vivimos una existencia paralela y no hablo de Les Seniaes donde se juntan las vidas paralelas. Cuando alguien o algo nos lleva en volandas todo es más fácil. Pero nadie remonta el vuelo sin ayuda. Quien diga lo contrario miente o no sé. Quizá ya ocurrió y estamos muertos y enterrados... Qué bueno sería vivir eternamente... Qué bueno sería llegar a fin de mes... Y qué bueno sería dejar de escribir lamentos que trascienden al más allá, sea lo que sea o dónde esté el más allá. Es el mundo al revés: Cuando más necesitamos calor humano el amor se va y solo queda lo que queda si algo queda. Flor de María a esta ingratitud con la vida sin saberlo lo llama soledad mal llevada. Quién pueda derruir los puntos suspensivos... Y salvarnos. (A quien su mente se lo permita que evite combatir molinos de viento en un lugar de la Mancha o en su propia casa). Gracias.
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