"No es que sea bueno. Pero los otros son tan malos que la comparación se revela imposible". (Salvador Dalí). ¿Y entonces?
El amor propio dejó de ser inocente para ser culpable. Aquí, como ahí fuera, si no aprendemos a leer las señales que regula la realidad perdemos... "Una mano tapa otra". "Otro vendrá que bueno me hará". Son decires del pueblo que vienen al caso. Los decires del pueblo siempre vienen al caso porque son sabios. Y qué gracia: me cuentan mis informadoras que, según la Biblia Dios existe. Lo que no me cuentan mis informadoras es que los otros son tan malos, por no decir peor que malos, que la comparación se revela imposible. Son malos, además, quien debiera provocar el cambio provoca el hazmerreír, y aunque crea que muerto perro se acabó la rabia nada más lejos de la verdad. El futuro es incierto y existen momentos categóricos en la vida donde se establece la quiebra de la voluntad en un punto sin retorno. Donde acaba el camino empieza el abismo. (Si tú no das el primer paso yo no daré el segundo ni los otros juntos. Pero qué poco tú has sufrido. Convierte tu mejor virtud en amor, porque solo hay un amor que es para siempre: amor propio. Llegará el día y no podrás sostenerte en pie). Gracias.
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