lunes, 4 de marzo de 2019

De perder y no ganar.

Para rendir homenaje a un hombre no se me ocurre otra idea mejor que citar en de soslayo sus hazañas. Citar, por ejemplo, lo que antes era. No es fácil ser y dejar de ser en apenas cuatro años por solucionar las necesidades de una comunidad de vecinos. Son tiempos difíciles y un hombre perdió el norte. Cuando un hombre pierde el control de su vida, y encima pierde en "la lista", ay. No sé cómo homenajear las hazañas de quien era un buen hombre: la familia era su mayor virtud, nada que ver con al éxito de las puñaladas por la espalda y los bienes materiales del clientelismo mercantil al que recurrió. Miedo da el sistema clientelista, mucho más que el sistema capitalista según los anticapitalistas. Vivió como un marqués hasta que la UDEF y los porcientos y el dominio de la propiedad que llegó a administrar lo cercaron. Se pasó cuatro pueblos hasta el día que la fortuna dejó de ser compartida para volver a ser propiedad de la comunidad de vecinos. Para que un hombre, y digo un hombre y digo una mujer, deje de ser lo que es para ser lo que fue, nada como leer en de soslayo lo que debe hacer con el día para ir con la cabeza alta. Hay gente que compra cosas guay que no necesita para impresionar a otra gente. Y cito al cura del pueblo de Patricia y el coche de alta gama con el que apareció ayer en misa. No es información, es comadreo, pero este cura va para monseñor. O santa. Si se trata de impresionar a la gente, un coche como el cura o lo que sea a quién sea mientras traguen... Fueron nuestra esperanza y han convertido el azahar de Les Seniaes en polvo de Camposanto. Gracias.

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