viernes, 7 de septiembre de 2018

Paz a sus restos.

Hace tiempo que de los diarios solo leo los titulares de la primera por si una noticia fuera feliz... Y "El trasluz" de Juan José Millás y diecisiete céntimos de "Solo será un minuto" de Tino Pertierra, además de la sección necrológica. Hoy en la sección necrológica, reconocí la foto y el nombre de un hombre bueno. No digo amigo, digo hombre bueno. Vivo alejado de mi tierra: Asturias. Sí, el hombre bueno era asturiano. También amigo. (Joder dona, no entiendo por qué los conocidos, si son amigos siempre se van los primeros). Era de mi misma edad y aún no es hora. No es hora. Con Patricia de paseo hablamos de uno y otro y que todo pasa por la enseñanza, la educación, leer y aprender un poco más cada día, y no dejar que la tristeza nos abrace, por no decir la depresión. A Patricia le cuento lo que le cuento, es joven y no precisa saber (si no sabe) más allá de lo que le enseñaron en la facultad y aprendió por su cuenta en la calle de ciertos asuntos que nos aquejan. ¿Comprendes? Si un día escribo triste, ríanse, de ustedes o de mí pero ríanse, diferente será si mi ordenador que me ordena escribe el día que entrelíneas hoy traigo a de soslayo: ocurrirá cuando deje de escribir... Un amigo, un hombre bueno ha muerto. Gracias.

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