miércoles, 15 de agosto de 2018

La vida enseña. Y dos.

Admite ser amante de la Santa Poesía. Pero eso apenas tiene valor ni mérito alguno confesarlo. (Ay, del poder del amor y sus virtudes). Dejándose llevar sorda y ciega eligió un poema del peor poemario que, además, declama con voz que no sale de los adentros. Vaya que sí, aclaro que este triste comentario no significa en absoluto que me haya vuelto loco de la cabeza y deba dejar de escribir el día que me gusta para defender los valores familiares vencidos y un sentimiento herido o el bendito amor en su origen primario, porque antes de conocer Les Seniaes estaba loco. Sin ser héroe de guerra mañana cabalgaré de nuevo triunfante, enamorado de la vida y el bendito amor pero hasta que llegue mañana hoy, devolveré una poesía y la pondré al servicio del amor, complementaré la vida y renovaré el brillo de sus ojos. Hoy en Les Seniaes florecerá un verso con su nombre y celebraré que me siga queriendo y que haya decidido venir a abrazar mi viejo corazón. Gracias.

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