miércoles, 8 de agosto de 2018

Cuando llegue el día que ha de llegar.

Porque no siempre digo la verdad y me contradigo y también dudo, tal vez sea un caso perdido y no vale la pena luchar por un caso perdido. Basta decir que de lunes a viernes milito en el PSOE, el sábado en Actúa, el domingo a mediodía canto la verdad en misa y por la tarde al fútbol. Me gustaría que por vivir los años altos y mentir y todo lo demás no me condenaran a muerte. Siempre fui coherente y ahora no sé cómo llegué a este comportamiento inverosímil. A veces me doy cuenta que algo no marcha bien del todo en mi cabeza y lo achaco a estar de lo mío, que no es otra cosa que ser viejo y estar jodido. 

Lo bueno que no soy tan viejo como para imponer mis humildes porque sí, y lo malo que ese día de seguro llegará. Ojalá y cuando llegue el día que ha de llegar mi esposa me tenga internado en una residencia de más que viejos y aprenda a jugar a la petanca. O en la cárcel que ingresaron por petición propia a Iñaki Undargarín que dispone de aire acondicionado, pista de pádel, sauna, piscina climatizada, gimnasio, cancha de balonmano y un transistor. Estaría como en casa. No quiero que mi esposa y mis hijas, las personas que más me quieren y quiero, se enojen por mis ideas eutanásicas... Cuando llegue el día que ha de llegar y la ciencia y la María me desahucien besos y abrazos. Mientras, seguiré escribiendo el día. Gracias.

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