sábado, 4 de agosto de 2018

Aprendiza de nada.

Aprendiza de nada, metedora de pata en la maceta, no busques tres pies al gato... Mientras dependas de tus necesidades creativas para subsistir, quien crea en ti o vea una esperanza posible, que te salve. A ese comportamiento obsceno lo llamo doble moral aplicado al tratamiento que me das cuando me ves solo o acompañado: me saludas con la mejor sonrisa si voy solo y si acompañado no te he visto o no me acuerdo. Un sábado de fieles difuntos no puedo sino llorar tu ausencia. Y qué lástima después de haber sido dejar de ser y solo ensombrecer tu sombra. Recuerdo cuando tu mayor virtud eran tus ojos y de ellos tu mirada. Y qué lástima después de haber vivido las mieles inagotables del éxito darte cuenta que inagotable era la fe de la reencarnación que solo tu Dios te puede conceder. Un océano, un mar, un estanque, una acequia, las cosas van de mal a mucho peor. Y qué lástima. Deja de coquetear con tu ausencia: yo siempre estaré fuera esperando, pero no por ti. Por ti estuve esperando y por ti no volveré a esperar. Y qué lástima. Ojalá y que una lluvia de recuerdos caiga sobre tu cabeza. 

Ahora que los dueños de los partidos políticos exigen trasparencia en la gestión para volver, ahora y no después al perder las elecciones, porque si pierden las elecciones... Si pierden las elecciones uno no sabe cómo acabará lo que por ley tiene que acabar. Algunos ciudadanos preocupados por lo suyo, que no es sino dar de comer a los hijos, un trabajo, la vivienda, exigirán el arqueo de las cuentas públicas y no habrá abogados defensores aquí en la tierra como en el cielo... Aún no has comprendido que el pueblo es la familia, los hijos, los amigos, la vecina y una tacita de sal, y no lo que te enamora. Gracias.

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