martes, 7 de agosto de 2018

El pueblo es su gente.

Salí por las calles del pueblo de Patricia a respirar en la noche desvelada y también para saber si todo sigue igual. A veces la noche se devela y no hago otra cosa que leer poesía que raramente se explica. Salí en busca de edificios y al encuentro de personas. Salí de casa y eso para mí ya es mucho. El pueblo de Patricia no ha cambiado de aspecto salvo lo inherente a campañas electorales (mal asunto: lo tengo escrito por ahí, hay cosas tan evidentes que hasta Dios y su María las ven) y las personas ausentes. No eran horas. En la noche desvelada me sentí como hacía años: parte del pueblo. Yo siempre fui parte del pueblo, porque el pueblo es su gente. Sin embargo, muerto Eugenio, hay quienes enmarañan la cotidianidad del pueblo.

Por las calles del pueblo de Patricia (mío no sé), me sentí feliz cuando al alba, algunas personas camino de la panadería me respondieron al saludo con su mejor sonrisa... El pueblo es su gente, no me canso. (No es tarde para volver a no ser que ya lo sea: tú y tu entorno más cercano sabréis ¿? Pero si no es tarde, porque sé que eres soñadora de cosas posibles, puedes confiar en mí, yo soy un soñador empedernido y te puedo enseñar a soñar cosas imposibles... Si aún no es tarde). Gracias.

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