sábado, 25 de agosto de 2018

Así la política.

Escasos de casi todo, incluyo candidatos para acordar una lista de listos -digo listos y digo listas, no me sean tiquismiquis-, a las próximas elecciones. El día que hoy traigo a de soslayo es completamente cierto, créanme. Resulta que los dueños de un partido político nacional sin ser nacionalista (disculpen que omita el nombre del pueblo de Patricia para que alguno no se arranque el pelo de raíz), como hipótesis de trabajo, me preguntan si pueden contar conmigo para ocupar un puesto en una lista de listos que están elaborando para las próximas elecciones... ¿Qué me dicen? ¿Lo hubieran siquiera imaginado de no asegurarles que es completamente cierto? Son como niños. Y más sabiendo como saben que sé lo que sé, a no ser que los dueños de un partido político quieran poner en su sitio... Sin embargo, qué poca creatividad, y qué ofensa considerando que subliminalmente me están ofreciendo encabezar una lista de listos. A la María, gracias, no soy vengativo. Tú tranquila. O no.

Cómo es la política, por las calles no se habla de otra cosa y quien me saludaba me saluda con su mejor sonrisa y quien no me saludaba me invita en el bar a café y unas pastas de té, ay. No soy vengativo, insisto, pero tampoco soy de esas que se tiran a la piscina sin saber nadar: sé nadar, y gané una medalla de bronce en mis años de infantiles. Apenas pasa el día de ruido vago y ya me quieren comprar la voluntad. Hay que joderse. Y hasta aquí puedo contar y no porque no quiera, no sé más: no duden que les mantendré informados. Llegado el caso, y no tendrá que ver con la balanza de las probabilidades ¿? no tienen idea hasta dónde estoy dispuesto a llegar teniendo en cuenta que fui testigo de los estropicios de los últimos años. Ojalá que no sea necesario sacar los trapos sucios a relucir. (Ténganse miedo, hablo de la fiscalía). Así la política. Gracias.

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