miércoles, 23 de mayo de 2018

Se llama Alexia.

Ahora me gustaría escribir unas palabras de sentido dolor por un desgraciado sucedido. Ayer tarde unos ojos de niña me miraron de soslayo y su fulgor me partió el alma. A esa niña la quería y la sigo queriendo. Y a su hermana. Y a su madre... A toda su familia. Me miró y no supe reaccionar. Ella me miró, yo la miré, ella se fue y yo me quise morir. En descargo de mi conciencia he de decir que hace años que no la veía y apenas salgo de casa y cuando salgo no llevo excusas. Entonces le pregunté a una vecina si era quien creía que era... Y sí, era la niña más hermosa que conocí en la cuna. Ante mi desconsuelo corrí a casa para comprobar su mirada en una de sus fotografías y lo era... Una mirada no engaña. Vivo para mi familia y por ella. Pero mi familia también es ella, y su hermana y sus padres y abuelo. Hace años le dije a su madre: "Solo tú y los tuyos". No era mucho, pues ni eso. Hoy soy más pobre que ayer y más canalla que siempre. A veces escribir el día trae consigo descréditos que sin negar que debieron y deben suceder... Si desde de soslayo no peleo para acabar con mis propios horrores acabaré formando parte de los peores repudios. Gracias.

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