jueves, 3 de mayo de 2018

A veces uno sabe y calla.

Ayer de paseo con Ian y Enol por Les Seniaes el día nos premió con un sol que era un regalo después de tanta lluvia: se respiraba aroma de azahar. Ergo: se respiraba vida sana. A veces la vida nos regala días estupendos y nos pasan de soslayo. Lo que es Ian, Enol y yo estábamos felices pero a Patricia la presentí triste. Uy, qué raro, Patricia también nos acompañaba y tan suya ella... Algo le sucede para no darme cuenta que nos acompañaba. Patricia, como hija me importa lo bueno y lo malo que le suceda. Lo bueno siempre me lo cuenta, lo malo a veces. Es buena hija y sabe que haría lo que fuera por ayudarla. Pero también sabe que soy nada y poco puedo hacer para que no pene, si pena.

Tiene salud y una familia maravillosa, y me tiene a mí. A veces me pregunta cosas de letrado instruido porque sabe que sé la respuesta, otras veces no me pregunta porque sabe que no sé o no quiere preocuparme. Patricia pena, y a pesar de que no me diga qué le ocurre sospecho que son asuntos laborales. Con Rajoy los asuntos laborales son un castigo. Otro gallo nos cantara si sus amigos los grandes empresarios valoraran a sus trabajadores como el bien más preciado de sus empresas. A veces digo que Dios sabrá porque no sé. A veces me gustaría que las cosas... Gracias.

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