Pedro Sánchez no es santo de mi devoción, pero es mi secretario general y cierro filas con él. Indudablemente hizo lo que tenía que hacer, no le quedó otro remedio, ahora sí, chantajes independentistas no. Los partidos políticos que le apoyen o diputados, como mucho negociarán el día aproximado de las próximas elecciones que será cuando el país vuelva a ser creíble cuanto menos a los ojos del pueblo. Este país no puede seguir gobernado por un partido político como el PP que le salen ranas a cientos de la charca de Génova 13. Y claro que todos no estamos de acuerdo con la postura adoptada por Pedro Sánchez, si lo estuviéramos seríamos un rebaño de ovejas; quizás él tampoco lo estaba: Rivera y Rajoy lo llaman sentido de Estado. Ahora nos toca esperar que se vayan desarrollando los hechos y sí, será responsabilidad de cada cual, partido político o diputado, decidir si queda o no aprobada la moción de censura... Por mi parte, si Pedro Sánchez no sale con la confianza del Congreso seré otro de los que diga que este país tiene lo que merece y que pasar hambre no es malo, al menos para mí que conocí el racionamiento. Sí, yo vine al mundo con un pan debajo del brazo. Llegado este punto, el asunto es ese y no otro: Pedro Sánchez o Mariano Rajoy. PSOE o PP.
Y no hablo de los besos que no se dieron: Susana Díaz ahora también se tiene que mojar más allá de su propio ego. Nos quedamos sin disculpas y hasta que volvamos a necesitarlas debemos cerrar filas en torno a Pedro Sánchez. El momento que vivimos les obliga a tomar una decisión... Insisto, señorías: Pedro Sánchez o Mariano Rajoy. Gracias.
Bien planteado ...
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