miércoles, 24 de enero de 2018

No vuelvas, prefiero esperarte.

De este lado del mar. Tierra. Manuel del Cabral.

"Tú que estás en mi sangre como un ave que nunca
se termina de ahogar. No siempre
tú cabes en la pobre presencia de las cosas".

Tengo dificultad para aceptar la realidad de todos tus días, y por tanto el per se universalista: objetivo y altruista. Mi mente absurda se vuelve tarumba al verte pasar vanidosa a pesar de esa realidad que te roe por dentro. Te quiero y me gustaría que volvieras a mí, algo que mi corazón también anhela, pero a tus comportamientos de niña mal criada nunca seré adicto; por más amor no te conozco. Y ya me vale. Además, mantienes lagunas cognoscitivas: vuelves a cambiar tus caderas de acera... ¿Y ahora qué? El bien existe, pero si fuera lo contrario, si no existiera, existe la ley y su justicia... ¿Comprendes? Detrás de tus acciones se esconde un espíritu egocentrista, un alma herida y recuerdos amargos. Me desacreditas a mí y no los conceptos que defiendo. (No te confundas, poco o nada tengo que perder).

Te habrás dado cuenta que soy un pobre diablo sin infierno ni censura. En realidad creo que a los dos nos sobran los recelos y nos falta la confianza. Somos un único fracaso. Por ti, por mí, por un amor hallado de pronto ante la muerte: No vuelvas, prefiero esperarte. Gracias.

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