jueves, 4 de enero de 2018

Cuando las cosas llegan al colmo.

Hoy no me conformo con soñarte y salgo a la calle en tu busca. Te veo a lo lejos y para que no te vayas sin haberte ido me escondo, y al verte pasar más que siempre coge sentido el aforismo griego de Eurípides que un día traje a de soslayo con tus señas de identidad: "Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco con el poder".

Palabras huecas retumban en mi cabeza, son promesas por cumplir, son indulgencias, son lo que no deben ser. O lo que siempre fueron: El acabose. El amor pierde su poesía si cambiamos los hechos y las circunstancias por palabras vacías de contenido. Quien interesadamente vive perpetuando su verdad escribe el relato conforme a sus caprichos. Los besos crean complejo de ideas, emociones y tendencias generalmente reprimidas, asociadas a experiencias que perturban el psique... La cruda realidad quiere que lleve un nombre al psiquiatra para que estudie su comportamiento pero no, harto de estar harto lo llevaré al paragüero para que lo enfile. Un nombre va de estropicio en estropicio. Así no se hacen las cosas. (¿Si te ofrecí mi corazón qué te retiene en el inframundo? Si me dejas cuidaré tu credibilidad).

"Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida". (Mario Vargas Llosa). Cuando las cosas llegan al colmo es demasiado tarde. Gracias.

1 comentario:

  1. Jajajaja "¡Escribe y déjate de pantomimas". Nadie como tú para hacerme reír tan temprano jajaja.


    Buenos días pues.

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