lunes, 8 de enero de 2018

El gusto ha sido mío.

"Las amistades no duran mágicamente por 40 años. Tienes que invertir en ellas. Son como tus ahorros: no esperas despertarte un día y encontrar una cubeta de dinero ahí esperando". Carrie Bradshaw.

Después de todos los dispendios con el objetivo de celebrar vete tú a saber, porque ni tú misma lo sabías. Tranquila, es el parecer de un viejo, como digo a quien me lee: "no soy persona de decir siempre la verdad". La duda que surge, o eso creo, que a veces, solo a veces, digo la verdad. Aguarda: hay un dicho popular que dice más o menos: "Sí algo parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente sea cierto". (No dudes que es bueno. Yo no diré demasiado bueno, diré bueno o mejor que bueno). La realidad es jodida, pero eso ya lo sabes, lo que no sabes, disculpa, sabías, es dónde te metías cuando dijiste sí y lo jodida que era la realidad que ibas a vivir. Nada es lo que parece, ¿verdad? Pues si quieres saber vete a la escuela, pero ya te digo que la sabiduría que necesitas no se aprende en la escuela.

De donde vienes te enseñan a tropezar y caer a tierra sin que nadie te de la mano. Una mano amiga, quiero decir. Y a más te pisan aquellos que te adulaban. Cada día menos aduladores. Viviste tiempos de verdadero deleite: qué mal invertiste tus ahorros, amiga mía. ¡Vaya!, se me ha ido el santo al cielo escribiendo el día: es hora de llevar a Ian a la guardería. Qué ganas tenía que acabaran estas fiestas de vuelve casa por Navidad. Mientras tanto y llega el día que nos volvamos a encontrar al doblar una esquina deberías... Joder, dona, y dale con los consejos de viejo. Llegar a la edad de los consejos es lo peor que le puede pasar a un viejo. Lo que quiero decir es que deberías mirarte al espejo y si te gusta lo que ves tira pa'lante. De lo contrario, amiga mía, ay, de lo contrario... El gusto ha sido mío. Gracias.

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