sábado, 6 de enero de 2018

La Noche de Reyes.

De la Noche de Reyes recuerdo una madreña, leche para los Reyes Magos y agua para los camellos. Recuerdo los Reyes tacaños. Eran otros tiempos. Más o menos como los tiempos de ahora. El primer año que recuerdo dejé que decidieran el color del pijama. El segundo año les pedí una pistola para jugar a indios y vaqueros pero me trajeron otro pijama. En ese plan transcurrieron los años hasta que consideré que los Reyes me tomaban el pelo y desistí de pedir la pistola y me conformé solo con el pijama. Luego llegó la hora de la mili y en vez de una pistola me prestaron una escopeta. Fue el primer ingreso que tuve en el manicomio: yo quería una pistola de juguete, no una escopeta de verdad para matar liebres en San Gregorio (Escuela Militar de Zaragoza), donde juré bandera con el rey de España.

Ayer noche, mientras Enol dormía, Ian y yo nos metimos debajo de la mesa porque oímos ruido en el desván y a mí el ruido me mata e Ian entra en pánico. A Ian los Reyes no le trajeron un pijama, le trajeron su juguete preferido... (A mi esposa la tenía amenazada: "si los Reyes Magos le traen a Ian un pijama a ti te traerán una escoba...". Devolvería el pedrusco de tantísimos quilates que le encargué al joyero. Yo soy de mucho regalar joyas a mis seres queridos en las fechas señaladas. Yo soy muy detallista. Yo soy muy desprendido. Yo soy un poco despistado porque hoy no es ayer y se me olvidó... Ojalá Dios y María quieran que con la intención baste... Por la cuenta que me trae). Gracias.

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