martes, 2 de enero de 2018

Con el Año Nuevo.

Con el Año Nuevo llegan las rebajas de enero. También llegan los recuerdos y con ellos la tristeza melancólica. Por cierto, mi suegra no vino por Navidad. ¿Y ahora qué? Después de todo lo que dije y más que callé, después de tanto lamentarme ¿ahora qué? Supongo que Gabriel García Márquez se inspiró en una experiencia similar cuando escribió su novela: "El amor en los tiempos del cólera". Hay quien afirma que se inspiró en sus padres por separado. Y pensar que me acabo de enterar que mi suegra no vino por Navidad... ¿Se puede creer? ¿Se puede creer en el amor en los tiempos del cólera? Y más para el que no sabe: ¿Cólera de ira o cólera de enfermad? A mi suegra le salió un viaje de última hora y se olvidó de lo que importa. O no. Importa lo que importa, y no a todos importa lo mismo. Lástima. Ian y Enol son dos cielos de bebé que no pasan de soslayo. Ni yo. ¡Vaya!. Allá cada cual. Otra decepción mayor. Me mata la tristeza melancólica. A mí todo me mata. Nunca unas navidades tan dolorosas. Y lo que me queda por recordar.

Lo peor de las navidades para los viejos es hacer balance. Las ausencias. Los muertos del cementerio. Las derrotas. Las victorias. Las crisis existenciales. Mi suegra. No, mi suegra no. Es enero pero el invierno más frío sigue instalado en mi alma. Nadie se imagina lo triste que es desenterrar muertos y enterrar esperanzas. Por la gente que me quiere y quiero estoy obligado a empezar de nuevo. Este año 2.018 será un año estupendo y no se hable más. Y empezaré por pedirle a mi mente absurda que recupere un amor del olvido y mande al carajo la tristeza melancólica. Gracias.

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