Démonos prisa.
Démonos prisa a amar, la gente se va tan pronto,
solo dejan tras ellos sus zapatos y un teléfono mudo.
Solo lo fútil se arrastra pesadamente,
lo importante es tan veloz que sucede de repente
y luego un silencio normal y por eso insoportable,
como la pureza nacida del más simple desconsuelo,
cuando pensamos en alguien y nos quedamos sin él.
No estés tan seguro de tener tiempo, lo seguro es inseguro,
nos quita lo sensible como toda dicha,
llega simultáneamente como el humor y lo solemne,
como dos pasiones siempre más débiles que una.
Desaparecen tan pronto como calla el tordo en julio,
como un sonido algo torpe o como una sorda reverencia.
Para ver de verdad cierran los ojos,
aunque es más arriesgado nacer que morir.
Amamos siempre poco y demasiado tarde.
No escribas sobre esto con frecuencia,
sino de una vez por todas
y serás como un delfín bondadoso y fuerte.
Démonos prisa a amar, la gente se va tan pronto
y los que no se van, no siempre vuelven
y al hablar de amor nunca se sabe si el primero
es el último o el último el primero.
Jan Twardowski, poeta, falleció el 18 de enero de 2003.
Bien !
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