domingo, 31 de enero de 2016

Copio y pego (con el perdón).

Un domingo de creer en los milagros, escaso de inspiración, leo por encima la prensa de hoy. Tres noticias son de El País y una de Las Provincias. Y lo dejo porque voy a ver si encuentro un asesino en serie que me quiera matar. Ahí se los dejo y disculpen las molestias. Yo me apeo por hoy. Muchas gracias.

"España se encierra en los juzgados". (El País). No sé si algunas saben o se imaginan cómo está España últimamente.

También en El País leí un titular con algún porciento: "7 de cada 10 trabajadores en paro no cobra ninguna prestación". Apenas 1,3 millones de los casi 4,8 millones de parados con que acabó el año perciben algún tipo de ayuda dineraria del Ministerio de Empleo. Es decir, todavía hay casi 3,5 millones de desempleados sin prestaciones o subsidios, el 72% del total, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de 2015. Hay que tener presente es que casi medio millón de quienes carecen de ayuda no han trabajado nunca y no han generado el derecho de percibirla.

"El gran jefe de la factoría Ford". (Las Provincias). Parece el título de una película del Oeste Americano pero no.

Del buen quehacer del primer español al frente de la planta de Ford en Almussafes dependen más de cien mil empleos valencianos. Dionisio Campos, Director de fabricación de Ford España, toma decisiones que afectan a más gente que habitantes tiene una ciudad como Orense para hacerse una idea de su poder. Es el caso de Dionisio Campos, director de fabricación de Ford España, un cargo que lleva asociado el mando de la factoría de la compañía en Almussafes. En nómina, el centro valenciano cuenta con 8.300 personas, pero de forma indirecta la compañía considera que depende de su impulso 100.000 puestos de trabajos. (Las ETT, el invento de los empresarios amigos de Rajoy, tiene en nómina a cientos de miles de trabajadores con contratos a cero horas en esta España de algunos).

Ahora qué puedo hacer sino ir en busca de un asesino en serie que me quiera matar, o gritar en Les Seniaes si es más y peor. O recordar, porque hace frío esta mañana, al poeta Ángel González:

Palabras del anticristo.

Yo soy
la mentira y la muerte
(es decir, la verdad última
del hombre).

Sé que no hay esperanza,
pero te dije:
                  espera,
con el único fin
de envenenar la vida
con la letal ponzoña de los sueños.

No hubo resurrección.

Una gran piedra
selló mi tumba,
                      en la que solo había
silencio y sombra.
Nada hallaron en ella, salvo sombra y silencio.
Yo soy el que no fue
ni será nunca:

en la oquedad vacía,
la turbia resonancia de tu miedo.

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