Patricia tiene o tenía una amiga. Por lo que me cuenta no sé. En el pueblo de Patricia las apariencias sobrepasan con mucho la realidad. Aquí todo el mundo es estupendo de nacimiento. Torpes hasta no decir más, creen que la mentira es lo correcto y no la verdad. Son ellas y ellos, que son otros y otras, quizá del pueblo de al lado. Pudiera ser... Ay, si esto lo escribo ayer con el viento de cara (hoy mucho mejor, gracias) no sé qué hubiera pasado con mi "yo" reversible.
En el pueblo de Patricia llamarle guapa a una mujer y darle un beso como si Julio Iglesias sacara otro disco. Le faltan manos para abrazarse. Y ya no digo si es alguien de imagen y liderazgo porque entonces... ¡Madre del amor hermoso!. Hay quien obsesionada por el qué dirán otorga credenciales al ahora renunciando al ayer. Pobre, que no le pase nada con el futuro rencoroso como la muerte. No es bueno vivir de espaldas a la realidad. ¡Claro, mujer!. Si hubo ayer, hay hoy y habra mañana si Dios quiere.
Miedo no, pánico me da que Patricia tenga una amiga de esas y no quiera desprenderse de ella... Después del trauma de ayer con Ian, por cierto, del golpe en la cabeza ni un chinchón ni una herida. Lo mío, y lo escribí un día de estos, son paranoias. Patricia, si me hiciera caso, que va a ser que no, debería considerar que si algo muere necesariamente algo nace. De ruidos machacones en el comportamiento de alguna (hablo de Patricia y una amiga. Se entienda) estoy que vomito el sentir de la amistad. Como Ian, hoy, en clara venganza, me vomitó y me puso perdido. Una por otra.
En fin, si una amiga quiere morir de éxito está en su real derecho. La cosa será ella cuando resucite y tenga que volver a la realidad. Patricia no, pero las gentes de su pueblo son muy rencorosas. No quiero pensar cuando todo esto acabe y vuelva a la verdad, vanidad. "¡Alma, que en vano quisiste ser más joven cada día, arranca tu flor, la humilde flor de la melancolía!". Qué grande Machado, don Antonio.
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