Hoy, ahora mismo que no sea por falta de información acabo de llegar de una entrevista de trabajo, una más. ¡Por Dios y María que nadie crea que hablo de mí, hablo de Patricia!. Fuimos los dos con Ian, y una carpeta con papeles y algún currículo. En el país de Rajoy todo es posible, entonces le dije a Patricia que si sacábamos unos euros de la cartera por si un aquel. Nunca se sabe qué se puede hacer con 200 euros. Pero la honradez de Patricia no se discute y dijo no y la entiendo, y, sin embargo, yo vendería lo que no tengo porque Patricia encontrara un puesto de trabajo. Patricia no pero yo sí: no tengo nada que perder... Es uno de los grandes problemas de este país, cada vez tenemos menos que perder. Pero vamos al caso:
-Buen día...
-Hola.
-Venía... Aquí le traigo el currículo.
-Antes de nada, porque veo que tienes una edad...
-Treinta años.
-Sí, esa edad: ¿tienes hijos?
-Sí.
-Pues no reúnes el perfil que buscamos.
-Por curiosidad, ¿qué perfil buscan ustedes?
-Trabajadores sin cargas familiares que puedan trabajar sin horario fijo.
-Tengo con quién dejar a mi hijo...
-Lo echarías de menos, créeme.
El trabajo en sí, por otras chicas y chicos, supimos que se trataba de ir de puerta en puerta engañando a las personas más débiles con la disculpa que si cambiaban de compañía eléctrica saldrían ganando. Ahorrarían una cantidad de dinero escandalosa. Como experiencia laboral qué decir: explotación pura y dura, además de engañar a quien más lo necesita. Y como experiencia humana, considerando que es horario infantil: queridos niñas y niños, sin tocaros que es pecado, amaros unos a otros. (Cada día nos lo ponen más difícil, pero amén). Sean felices.
Inaudito...
ResponderEliminarCierto. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias.