"Vives mejor sin mí revoloteando alrededor de tu cabeza".
De aquella soñadora amiga que escribió versos maravillosos en la cocina de su casa antes de inmolarse me queda un recuerdo de corazón frío.
Cuando yo me muera me gustaría encontrarla (si coincidimos en el Cielo) y pedirle explicaciones de pálida musa. Qué tuvo que ocurrir en su mente para dejarse ir de este mundo con horizontes lejanos... De espacios vacíos. De atajos en paraísos. No encuentro causa humana que justifique la muerte. Si ha de ser, con las piernas por delante y ofreciendo la mayor resistencia. Nadie sabe si el amor espera al doblar una esquina... Hay quien de amor sabe cómo se escribe y nada más.
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