El amor y la locura.
Habiendo la locura
con el amor reñido,
dejó ciego de un golpe
al miserable niño.
Venganza pide al cielo
venus, más ¡con qué gritos!,
era madre y esposa:
con esto queda dicho.
Queréllase a los dioses,
Presentando a su hijo:
"¿De qué sirven las flechas,
de qué el arco a Cupido,
faltándole la vista
para asestar sus tiros?
Quítensele las alas
y aquel ardiente cirio,
si a su luz ser no pueden
sus vuelos dirigidos".
Atendiendo a que el ciego
siguiese su ejercicio,
y a que la delincuente
tuviese su castigo,
Júpiter, presidente
de la asamblea, dijo:
"Ordeno a la Locura,
desde este instante mismo,
que eternamente sea
de amor el lazarillo".
Félix María Samaniego, poeta, falleció el 11 de agosto de 1801.
No hay comentarios:
Publicar un comentario