Porque un viernes no hay poeta pero hay poesía. La poesía reside en nuestro interior y fluye al mundo exterior según la esencia de la naturaleza que le da vida. La poesía es el sentimiento que se expresa con la palabra en verso o en prosa, o con una simple mirada de soslayo. La poesía no conoce fronteras, para ella todo es universo libre. La poesía son los ojos del amor que alumbran un futuro sin promesas ni contratos de permanencia. Y para no confundir la poesía con la palabrería que evidencia un interés de provecho, se deja acompañar de María, la Magdalena. (No se presten a engaño). La poesía, si lo es, se estampa en el corazón y ya está (sálvese quien pueda) lector crónico de poesía. Ni un cirujano ni un cardiólogo... Ya nunca dejará de leer poesía. Será tan habitual y necesario para cualquiera como para mí respirar el aroma de azahar en Les Seniaes.
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