domingo, 21 de agosto de 2011

Una hija, o sea, Patricia

Hablo de la hora definitiva de mirarse al espejo, de quemarse las pestañas si se quiere ver el sol. Hablo de una hija, o sea, Patricia.

Además de las preguntas que tendrán respuesta en cualquier momento y circunstancia, quedan algunas cuestiones importantes por resolver, incógnitas que descifrar. Por ejemplo, queda por saber ¿qué será de la tristeza después de la desbandada de tus ojeras y sobre todo de tu color cansado? ¿Conseguirán tus ojos, los que no han logrado doblegar tu mirada, ver un día desde la esperanza una vida asentada en el verdadero amor? Por saber, queda saber qué hará la vida con tus mejores sueños ahora en el anonimato y disculpados por haber cometido el peor de los pecados: No ceder a las tentaciones del desprecio funesto, tan adueñado de la vida humana en estos tiempos. ¿Qué harás llegado el caso con tus mejores deseos de futuro, ilusiones compartidas tan vencidas a veces, ocultas en el fondo del zulo de la vida donde los miserables las tiran sin rubor encarnando la peor saña? Cuándo se escucharán en este país, en silencio y apagados los móviles, a las miles de Marías Magdalenas que sufren en silencio su pena ¿? Una mujer cualquiera, tú misma, eres la muestra fiel de que solo eres lo que representas: una mujer. Por otro lado, tu futuro sigue y seguirá lleno de preguntas, desafíos, definiciones impostergables. No temas, tendrás suerte, elijaras correcto. Además, y en eso estamos, ahora estás menos sola que nunca, porque un joven orgulloso de ti te acompañará. Eso sí, me tienes que dar tiempo para digerirlo... y aún así, nada te prometo. Que seas muy feliz, Patricia, ve con él. Y también con Dios. Desde hoy tu futuro compartido será una vida diferente mucho más atractiva en todos los sentidos, lo digo desde la experiencia. Vive tu vida compartida en libertad. Y no olvides, desde tus lecciones de arte, que lo auténtico, lo cierto, lo válido, lo que corresponde señalar es que el testimonio de la vida resulta extraño, incomprensible, indescifrable a veces, sin embargo, lo importante es que todo en tu vida emocional sea verdadero. Porque sin verdad emocional no hay vida, ni nada que se le parezca. En resumen, vive el arte, vive el amor, vive libre, vive la vida desde la honesta expresión de los auténticos sentimientos... Sé tú misma.

Te quiero.

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