Vivo en un espejo empañado con un reflejo sin saber.
De repente,
entre una marabunta de árboles,
flotando entre las brumas de un río,
te veo a la deriva reflejada en mi espejo...
-¿Quién eres?
-¿Quién soy?
Entonces te reconozco:
eres mi propio reflejo;
ya no gritarás por el río a la deriva tu agonía.
Ninguna duda:
el mismo espejo empañado que te mata te da vida.
El problema no es tu mirada (ensueño) sino tus ojos.
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