domingo, 28 de agosto de 2011

Mi alma se desangra

Ciencia, arte, religión... Estas son algunas formaciones de dominio en el interior del devenir que realizan la función de conservar y acrecentar el poder del alma. La conservación de estas formaciones que son valores es señal de mayor crecimiento. Por lo que se hace fundamental frenar el incremento del poder interesado en una sociedad que no se avergüenza por nada. El aumento incesante de población es una realidad dramática en parte porque se evidencia la ausencia de humanidad. La especie humana condicionada por una economía imperialista, las nuevas tecnologías armamentísticas, y lo de siempre que es enfermizo: el placer de poseer cada vez más sin importar la pobreza en el mundo. Envejecemos a la vez que quebramos el horizonte de un mar que apenas es capaz de conservar su tamaño y poder de seducción... No hay plazas en el paraíso para los que no se doblegan. Sin embargo, conviene pedir calma, según me cuentan en el infierno se pasa genial. Allí se encuentran los desamores. Los amores platónicos. Los arrepentidos del amor y la vida. Los cobardes de palabra y obra. Los enamorados de causas perdidas. Los descreídos. Los cristianos cansados de serlo. Y los buenos y los malos, que sin unos los otros ¿? (Somos dos y muerto, podré renacer en la mirada del niño que nunca fui).

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