miércoles, 31 de agosto de 2011

La felicidad

"La felicidad se va desmenuzando en cosas, en naderías, en baratijas: un ascenso, un viaje, el veraneo, un piso. Pero el momento de oro ya no vuelve. Por eso desearnos prosperidad (en navidad), está más al alcance de nuestra débil fuerza: la felicidad es una visita poco ruidosa, que llega, solapada, sin apenas sentarse, sin instalarse nunca. Es la sombra de una nube sobre la tierra. Es el reflejo de una cara en el agua. Por eso, cuando uno está sufriendo, imagina que del otro lado de la negra puerta la felicidad existe; cuando uno ya no sufre, sabe, y eso es peor, que detrás de la puerta nadie aguarda. Porque la felicidad verdadera está en el fondo. Damos demasiada importancia a nuestra mitad superior, al cumplimiento de nuestros proyectos y al producto de nuestros aciertos sean cuales sean. Y la felicidad es lo mismo que un hallazgo, un don que habíamos desesperado de obtener y acabamos por olvidar. El ser humano, sabio y cauteloso, vive hacia el porvenir, proyectando y proyectándose; pero la felicidad no es ni cautelosa ni sabia ni planeada, sino una sensación presente e irrazonable. Si hay algo que se aparta de un programa de vida, algo no duradero ni previsible, algo sorpresivo y excluyente del resto, es la felicidad. La gente que es feliz, no tiene historia. La felicidad, si existe, quizá no sea más que pasar inadvertido. Ella no indaga, no cuestiona nada: se contenta con ser y hacernos ser. Ella está simplemente. No le importa la nobleza de nuestro quehacer, ni la altura de nuestros pensamientos, ni la limpieza de nuestras voliciones, ni el placer que pueda proporcionar el deber cumplido. El auténtico sentido de la vida, o el único es la felicidad. Ella es la meta válida". "Los Papeles de Agua", de Antonio Gala.
Y el Sabina canta: No abuses de mi inspiración,/ no acuses a mi corazón/ tan maltrecho y ajado/ que está cerrado por derribo... Ay, no, no puedo disimular... Pero qué puede decir un mortal después de que un dios (Antonio Gala) haya emitido su sentencia ¿?
En un mundo cada vez más materialista todo cambia rápido. Hay una intensa lucha para alcanzar la felicidad. La gente ha de hacer más con menos, la supervivencia es difícil, cada vez somos más pobres y prosperar en este momento es jodido. Por eso, es esencial vivir una vida sin perder su significado humano. Hay que contar con una reserva de calma y equilibrio para vencer los obstáculos e intentar alcanzar la felicidad. La vida es un reto a cada instante y es mejor tener un sueño que un plan estratégico... Mientras, por el amor de mujer, que además es una dama, unas palabras hilvanadas se dejan morir entre las páginas de un libro olvidado, porque solo se hojea y no se lee. Sin embargo, los ruiseñores también cantan aunque no exista primavera. Volvamos a cantar como los ruiseñores aunque no exista primavera... (Regálame la felicidad que me falta para llenar mi copa, el sorbo que me falta para completarte. Acéptame imperfecto... perdóname sin cicatrices).
P.D. "Encuentro la palabra felicidad vacía de contenido. A mi no me dice casi nada. Entre el despertar y el dormir no suelo pensar en esa palabra". (Reconcíliate con Morfeo).

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