jueves, 25 de agosto de 2011

Inevitable amor

Lo bueno de esperar lo malo es que al final las cosas nunca resultan peores de lo que se esperaban... Sin embargo, aún es pronto para cantar victoria. A veces siento que una especie de somnolencia me embelesa, que una bruma densa me nubla la mente en la oscura realidad y por un instante no sé quién soy... Todo es indiferencia a mi alrededor y me siento flotar en un mar de dudas y reconozco en mí el rostro del desinterés por las cosas... A veces creo que no me importa lo que pasa a mi alrededor, y no es así pero la tristeza se apodera de mí... Y sé que no soy el único que está pasando por una mala racha. Soy consciente de lo que escribo pero no sé lo que digo... aunque sí lo que pretendo... ¿Seré capaz de explicarme? Soy persona que razona aunque no del todo coherente. Las noches para mí a veces son inmensas; cuando necesito respirar subo a la terraza y miro al cielo. Esta noche fue una de ellas, y mirando hacia el cielo, vi como las estrellas formaban palabras, y sin entender nada, di por cierto que yo soy una palabra y que en este instante alguien me deletrea. Incoherente o no, estoy seguro quién es: Una dama tocada por el desamor, aún confía en mí y me necesita, y lo primero es lo primero. Yo, enamorado del amor y la vida (bendita poesía), parafraseando a Abraham Lincoln digo: "Puedes engañarte un día y vale. Puedes engañarte una semana y también vale... Lo que no puedes, ni debes, es engañarte toda la vida... Dama ausente, no te engañes más. Afronta tu pena y las circunstancias que te rodean. Ya amanecerá algún día... Vive la vida, sino por él por mí. Inevitable amor".

No hay comentarios:

Publicar un comentario