lunes, 1 de agosto de 2011

Prostitución

Sentadas o de pie en el arcén de una carretera, en cualquier lugar respirando el olor de la tierra, la humedad, el sudor del asfalto... Prostitución. Son chicas, niñas a veces, mujeres, prostitutas que pasean por las calles rotas vendiendo amor de tarifa. Evita, Frida, Julia, Coco Channel, Rosa, Rigoberta Menchú... No, que ellas no son ideales, ni mucho menos tienen el perfil intelectual adecuado para una sociedad de padreyseñornuestro: son prostitutas. Quizás una noche las prostitutas se desprendan de su autocensura y hablen en voz alta. Se harán oír... y se encontrarán todas.. y no estarán solas porque María, la Magdalena, las acompañará, y sus historias serán compartidas por todos... Cada una tendrá una historia que contar. Serán historias indeseadas por la mayoría. Sociedad hipócrita, conciencia maternal, eco de vidas ajenas. Las prostitutas quieren llegar al lugar que todos y todas hemos soñado desde pequeños y que no siempre llegamos. Son mujeres que forjan una revolución que acaso las lleve a su propio sufragio... Revolucionarias como Jesús que hacen camino con los pies descalzos y claman por aquellas que sufren maltrato emocional; por las madres solteras que quitan el pan de la boca para dárselo a sus hijos; por las niñas que va a la escuela escondiendo su preñez: humana humanidad... Quizá las prostitutas sean la esperanza de tantas mujeres maltratadas por la maldita violencia de género que no el modelo. Mujeres que aún soñáis con ser princesas -y sus príncipes-, debierais uniros a ellas para que todas las voces juntas pudieran ser canción y oírse lejos con vientos de libertad. Pero no. No. Tan siquiera un lamentable poeta paralizará una composición de mala estrofa para unirse a ellas con su voz. "Dios sabe de qué fuimos formados, y recuerda que solo somos polvo".

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