martes, 23 de agosto de 2011

El Sabina y yo, con perdón

Unas lágrimas emocionadas contagian la mañana de una alegría capaz de mover el mundo. Uno busca entre las luces y las sobras algo interesante para escribir, acaso un conjuro. A veces busco y no encuentro. O si encuentro son palabras sueltas incapaces de completar un párrafo. Y el silencio se hace presente. No puedo vivir sin escribir. Les confesaré algo, un día llamé a la Bruja Lola por si un aquel... enseguida me di cuenta que fue un error. Entonces, volví al Sabina como siempre mendigando su inspiración. Joaquín Sabina poeta es una fuente de inspiración para mí. Es percibir su voz y su palabra y las circunstancias... El Sabina a veces me enamora y otras me aterra. Pero quiero escribir y me importa un carajo que me aterre o me enamore, y me aferro a las perturbaciones que me inspiran sus palabras. Palabras tantas veces cotidianas que obnubilan mi mente y me alejan de la verdad emocional. Si pudiera elegir me quedaría con el Sabina que me enamora para abrazar un beso tibio, una emoción, una poesía en rebeldía, una inmaculada idea sobre un amor y la morbidez de unos ojos y su mirada ilusionada. Pero el Sabina es lo que es: lo tomas o lo dejas. De cualquier manera, él no tiene la culpa de que convivir en esta sociedad a veces es morir en la solidaridad que se deja arrastrar por la grosería de los falsos y esporádicos guías de la miseria y la corrupción. Hay que vivir el día y supervisar el tiempo para calmar acaso un estado de ánimo obcecado antes de que surja algún hecho cuyas consecuencias pudieran ser funestas. Para mí Joaquín Sabina poeta es la tabla de salvación cuando tengo que luchar de manera irónica y desenfadada contra la tormenta cuyas ráfagas aniquilan la esencia de la vida. Escribir con el Sabina de fondo es entregarme a lo imprevisible... Son muchas las veces que mi inspiración depende de él. De ahí que sea fácil encontrar en mis escritos una palabra enamorada entrelíneas o aterradora en los márgenes... Lo cierto es que vendería mi alma al diablo por una idea suya que fuera mía y un saber explicarla como él. Joaquín Sabina poeta. Sin embargo, tampoco me importaría parecerme a mí mismo sin fundamentos estériles, sin ira, sin impaciencias ni complejos que al despertar me atrapan en la perversidad de mi orfandad mental y son objetivo prioritario de todos mis miedos... Yo solo quiero escribir y ofrecer mis sentimientos de corazón para la disección y el sortilegio de algún amor y su mar embravecido. Necesito al Sabina poeta para estar protegido ante los vendavales que arremeten sin tregua e intentan arrastrarme hacia el olvido ausente de inspiración entre los demonios de mi mente. Al Sabina para llegar a la depresión libre de antidepresivos. Necesito a Joaquín Sabina poeta para escribir libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario