George Bernard Shaw, dijo: "Los hombres se equivocan más a menudo por ser demasiados listos, que por ser demasiado buenos". Y yo añado tontos, muy tontos, ni demasiado listos, ni demasiado buenos. Los hombres buenos son desprendidos, verdaderos, honorables, dignos, y en fin. Los hombres demasiado listos se equivocan más a menudo porque quieren hacer tontos a los demás. He ahí la cuestión, y la razón de los errores que cometen en el contexto actual los hombres demasiados listos dedicados a la política. ¿A qué se iban a dedicar, si no esos prepotentes? Aviso: si tienen la mala suerte de votar a un político demasiado listo, hasta que no pasen cuatro años no lo pueden botar. Andan las asociaciones de vecinos metidos en los tribunales para que gobiernen a prueba con un contrato basura, y no. Porque han venido para quedarse como un amigo gorrón. Estos figuras se compran y se venden en los mercadillos. Los sábados de mercadillo tenemos políticos de todas las tendencias y preferencias éticas. Por tener, en más de una ocasión, hemos tenido los mayores infames, lobistas del oprobio, consejeros de narcos, testaferros del dolor, aduladores del dinero, intermediarios atrevidos, mercenarios y muy prepotentes. Y ahora les dejo con la peor noticia: La militancia ciudadana no incluye en sus generales estatutos acribillar mediáticamente las caras visibles de los hombres demasiado listos, todos, embaucadores de la vecindad y la soberanía del pueblo. Gracias.
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