Una amiga que me lee en silencio, por güasap me pregunta por qué escribo de soslayo. Después de tanto, y tanto tiempo, a qué viene esa pregunta si sabe la respuesta: escribo para aprender y conocerme mejor, también (dicho queda que eso lo sé desde hace muy poco tiempo), porque me gusta saber qué hay detrás de las apariencias (ella creó las apariencias); porque me permite rendir honor a la verdad; porque puedo recordar, por ejemplo, cuando (ella) tenía palabra y su mirada era firme y franca. Fue una gran decepción que al conocerme mejor descubriera el mal de amores. La verdad en de soslayo me lleva a tomar conciencia de cuando la palabra se transforma en materia prima de historia pasada y puedo dar continuidad al legado de los trabajadores que padecieron por sus ideas en pro del socialismo proletario la ignominia de quien fue diseñada por el maligno para llevar la ansiedad a la casa del pobre y la peor y más perversa desigualdad social. Y en fin, de soslayo bendice el poder de la palabra y pone en alerta la santa poesía que sobrevuela las tormentas de las adversidades para identificar las vorágines de la sinrazón y desterrar el malvivir. Desde de soslayo además se puede ver un mar y el malecón que rompe las olas. Una amiga que me lee en silencio por güasap me pregunta y solo quiero que sepa que a sus espaldas lleva la soledad y no está sola. (Si no te adentras a Les Seniaes no quieras saber lo que encierra de soslayo, ni por qué lo escribo). Gracias.
Y porque a parte de esa amiga, otras, también te leemos en silencio - a veces- admiradas de tu capacidad... de palabra, de tesón, de agarrate a tu verdad y defenderla contra todo pronóstico, como una bandera, como un madero en el que se sostiene un náufrago que lucha deseperadamente por seguir a flote y esa lucha es tan admirable, en un mundo en el que todos tiramos la toalla rápido, que es como una bocanada de oxígeno ver, que a pesar de todo, a pesar de parecer que ya no la hay, aquí siempre se lee esperanza, ESPERANZA en mayúsculas. Gracias. Un beso grande!
ResponderEliminarEres muy amable, María. Sí, la esperanza es mi escudo y la palabra mi espada. Y la verdad de los que siempre pierden, mi lucha diaria. Gracias. Beso grande.
ResponderEliminarSalud.