viernes, 26 de abril de 2024

Merece la pena, presidente.

No quería porque el asunto es grave y hay que hilar fino y no quería. Hablo de Pedro Sánchez y el tiempo de unos días que se toma para reflexionar si merece la pena seguir como presidente del gobierno. La politiquería deslenguada: el patriotismo, el insulto y el desprecio. La familia, y los hijos primero. Si hablamos de política, todo vale. (Tengo ejemplos propios y son de muerte. Ejemplos que tienen que ver con la familia, y los hijos primero, y la tirria de los nuestros, nada que merezca la pena recordar). En tiempos de desguace del Estado y del desmantelamiento de poderes, hablar de independencia judicial suena a quimera. Este país está llamado a ser el rompecabezas de Europa. O gobiernan las derechas (codiciosas, execrables, que merecen pena de cárcel) o no gobierna ni Dios. Tanta ignominia no es de ahora, viene de atrás y es de carácter estructural y sistémico que no obedece a la realidad masiva de los españoles, sino, más bien, aislada y ceñida al partido del "irrepetible" y al de Feijóo, el que sea. Se cuelan querellas criminales en los juzgados, se admiten a trámite sin investigar con el único fin de cargar con culpas al gobierno. Este gobierno salió de las urnas y las derechas insultan a los votantes: esas culpas de los votantes son, no del gobierno. Reconstruir la confianza y trasformar la vida política debe ser nuestro afán como ciudadanos. El presidente sabrá, pero asumió el honor de gobernar España por cuatro años. La democracia no se alcanza por amor a la familia, y los hijos primero, se alcanza... como se alcance, no lo sé, pero sé que el libro de familia se deja en casa. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario