Hoy, traigo a de soslayo la rigurosa realidad de Jorge Luis Borges: "No importa vender libros a mansalva. Al poco tiempo, los entusiastas compradores los abandonarán y su destino será un estante donde podrán bañarse de polvo, humedad y olvido. La vida útil de un libro la deciden 20 lectores. Ellos se encargan de expandirlo, multiplicarlo o mutilarlo". 20 lectores deciden.
Hay escritores de reconocido talento con tiradas vendidas. Otros, si se les puede llamar escritores sin desacreditar el oficio, con tiradas según les permita su economía, compran toda la tirada y así van completando su biblioteca. Estos escritores no enamoran al lector, el lector prefiere el talento reconocido a la incógnita. Que una editorial te publique un libro es cuestión de talento y el talento se tiene o no. Escribir un libro, sí, publicarlo es un sacrificio económico para los peores escritores... Como ven, ya me voy soltando y doy a entender que yo mismo pudiera haber publicado libros... Sí, he publicado libros, cualquiera puede publicar libros hasta que una Carmen bella se niegue porque en la biblioteca de casa no caben más libros. Tampoco mi economía me permite publicar, lo que sí me permite, no la economía, sino mi terquedad, es escribir en de soslayo el día que me gusta. Mis días no son de complicada lectura, incluso para los torpes de entendederas, y tengo 20 lectores. Gracias.
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